Título: El gran libro de la ilustración contemporánea.
Textos: Martin Dawber
Coordinación Editorial: Tomás Ubach
Parramón Ediciones, S.A. 2009
Rústica
Cuando observamos la carátula del libro, vemos a un grupo
de personas frente a unos cuantos
computadores, pero, algo emerge delante de ellos, que tiene vida, avanza, crece
y se hace mas grande, algo que puede ser una metáfora del oficio de ilustrar en
la actualidad.
Ilustración es una palabra cada vez más familiar para
todos, más cercana y visible, ya que nuestro mundo contemporáneo se llena con
inusual velocidad de imágenes a cada instante. Pero no todos los que manipulan
o juegan con una imagen, se pueden llamar
ilustradores. El trabajo del ilustrador
consiste en comunicar una idea claramente, o aventurarse en terrenos
desconocidos, cercanos al arte, que van de la mano con las técnicas de su
momento histórico.
Este libro tan atractivo y hermoso, organizado y
diverso, con una recopilación exhaustiva con más de 1000 ilustraciones
de 400 artistas de diversas partes del mundo, tiene una idea detrás de él: la
ilustración, que tuvo una crisis desde hace unas décadas, al enfrentar por vez primera el lenguaje
digital, ha reclamado la técnica a favor de la creatividad, la máquina ya no
nos domina, sino que nos hace más fácil las cosas. Superada la novedad técnica, se puede volver, sin prescindir de
ella, a técnicas tradicionales que, hibridadas con nuevas tecnologías, pueden
resultar novedosas para muchos jóvenes.
Las imágenes no son escogidas al azar, hay una gran
calidad en cada una de ellas, están
organizadas para trazarnos categorías
como “naturaleza”, “entorno construido”,
“estilo de vida”, “grafismo”, “comic”, entre otras; estas categorías hacen más claro el recorrido y ofrecen la
posibilidad de detenerse en cada autor, o en técnicas como el collage, la
acuarela, o intervenciones en programas como 3D Studio Max, Cinema 4D, Adove
Ilustrator o Photoshop.
Al observar detenidamente cada ilustración, no te debe
sorprender, que una ciudad esté hecha con retazos de telas, muchos caracoles
hayan dedicado su vida a ser taxis, y se hallen embotellados en un trancón, o
un grupo de pájaros sin color admiren a un llamativo tucán estrenando botas.
Alexander Ramírez Castro
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