viernes, 1 de febrero de 2013


Título: 501 grandes artistas
Autor: Stephen Farthing.
Barcelona, Random House Mondadori. S.A. 2009, 640 Pág.
Rústica.

Reunir 501 grandes artistas, en este gran libro de biografías, es un reto y una gran responsabilidad. También es un arte, ya que entra en juego la capacidad creativa para escoger, categorizar, diseñar, y finalmente escribir sobre los artistas. La pertinencia y la capacidad de síntesis son los principales aliados, así como la sensibilidad y el conocimiento en la materia, por parte de sus realizadores.  

Una de las características en este viaje histórico por el arte, es el equilibro espacial que existe entre las obras (de gran calidad de impresión) y el texto, enfatizado en la vida de artistas como: Dong Qichang, Rembrandt, Rodin, Francis Bacon, Leonora Carrington, Frida Kahlo, Max Ernst, Fernando botero, Paula Rego, Eva Hesse, Feliz González-Torres, Cindy Sherman, entre muchos otros y otras.
El contexto histórico, social y cultural, no se tiene en cuenta en los textos, ya que, según el editor  “es posible vivir, amar y gozar del arte sin necesidad de conocer su historia, es decir, prescindiendo del cuándo, del dónde, del cómo, del porqué, e incluso del quién.” Pero hay que hacerle justicia, a la calidad de los mismos, para lograr sintetizar el sentir de un artista, su aporte a la historia del arte, y el análisis a su obra pictórica en general.

Llama la atención la pertinencia de la selección, en cuanto a la tarea de visibilizar a la mujer artista. Hay un considerable número de mujeres artistas, tanto clásicas como contemporáneas, que muchas veces han sido descartadas de la historia del Arte. También hay una intención  por incluir artistas de distintas nacionalidades del mundo, no necesariamente occidentales, que han participado y se han posicionado en grandes galerías y exposiciones principalmente de occidente y Estados Unidos.
Ordenados cronológicamente, los periodos, siglos y décadas, se presentan, hoja por hoja, con colores distintivos, para hacer la lectura más cómoda y placentera, y tener la libertad de romper la linealidad del tiempo en cualquier paraje, e ir del alto renacimiento Italiano, con Rafael, a los divertidos graffiti de Keith Haring en Nueva York.

Alex Ramírez

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